Este Año de la misericordia deseamos vivir con la máxima intensidad estos misterios centrales de nuestra fe, para hacerlos vida de nuestras vidas y comunicarlos a todas las personas que nos rodean y a los más necesitados en especial. Que a todos llegue su acción salvadora allí donde esté, todos somos hijos queridos de Dios nuestro Padre.
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